Francamente, para cualquier amante del baloncesto es muy fuerte empacharse con un indigerible Capitalinos-Artemisa, y al día siguiente banquetearse un suculento Spurs-Lakers: ojo con esos shocks proteicos, que ahora no conviene una embolia…
Broma aparte, el regreso de la NBA a los hogares cubanos tras una década exiliada destaca entre las iniciativas del Instituto Cubano de Radio y Televisión para enriquecer su programación y subirse de una buena vez al tren actualizador de la sociedad.
Cierto que el cambio en el baloncesto resultó muy brusco… Al menos Camagüey y Holguín regalaron un intenso juego de pelota, que hizo menos chocante la bienvenida al espacio Béisbol Internacional, con un Navegantes de Magallanes- Águilas de Zulia que permitió ver en acción a estelares como Elvis Andrus o Pablo Sandoval.
Viendo el juego con mi padre, no paraba de preguntarme qué tendría de nociva esa pelota para que nos la tuvieran contraindicada, si total, no hay nada más dañino que la ignorancia. Por no poder comparar unos nos creían el ombligo del mundo beisbolero, y otros mitificaron a unas Grandes Ligas que no serán perfectas, pero como todo lo prohibido, seducen…
Recuerdo de la adolescencia que mi socio Andy, alias Sheffield, rastreaba partidos de los Marlins en su destartalado radio VEF. Igual que Eurípides, un profesor que lleva la anotación de todos los partidos de Serie Mundial desde 1984. Hay quien está al tanto de la Gran Carpa porque algún vecino la trae del trabajo legajos impresos con resultados y estadísticas, sobre todo de los cubanos. Porque duele que nos dejen, pero enorgullece que se destaquen entre los mejores, como el Duque, Liván o Kendry …
Tal vez en estos tiempos de limar asperezas y normalizar las relaciones con nuestra emigración, aquellos que optaron por irse dejen de estar estigmatizados. Y en las Guías Oficiales sus nombres no aparezcan con un asterisco como letra escarlata. Tiene que cambiar por fuerza, o no sé cómo narrarían aquí un eventual partido entre España y Cuba en el cercanísimo Clásico Mundial.
Pero puestos a soñar, sueño con un regreso de Cuba a esas Series del Caribe donde éramos el país a derrotar. O con la posibilidad de que nuestros talentos sean profetas en otras tierras, y luego regresan a casa a defender sus colores locales, como Andrus y Sandoval. Y si el jodido bloqueo les impide jugar en las Mayores, que lo hagan en otras ligas de calidad, donde crecerían como jugadores y además tributarían: sabido es el papel de las remesas en muchas economías latinoamericanas. Y si encima el Estado cubano los representara, el país contaría con un plus para financiar esa pirámide del alto rendimiento que tanta gloria ha dado a Cuba… Y al que tema que se afecte la calidad de la serie nacional, le preguntaría si acaso esta podría ser peor.
Volviendo a los nuevos espacios televisivos dedicados al baloncesto y al béisbol, creo que acabarán con el mito de que en Cuba el fútbol se robó el show: que nadie se engañe, aquí la “pasión” por el fútbol se resume a la dicotomía Real Madrid-Barcelona, y lo demás es relleno.
La verdad sea dicha, el basket y la pelota cubana llevan las de perder en esa lucha de león pá mono contra el fútbol europeo. Pero cuando en los ´90 ponían cada domingo los playoff de la NBA, proliferaron en Cuba los aros de basket en los barrios, y la Liga Superior vivió sus años de gloria. Los fiñes imitaban a Jordan, Barkley, Olajuwon, como mismo en los ´80 querían parecerse a Victor, Pacheco o Linares jugando cualquier cuatro esquinas. Todo está en los referentes, y ahora se avizoran nuevos y mejores. Para mi gusto hace falta más que medio día, pero del lobo un pelo…
Por lo pronto, en mi casa saben que las tardes-noches de domingo, el televisor es mío sin regateos ni concesiones: llevo mucho esperando, al fin me llegó la hora…
Charly, no sé si te entendí bien, pero si llegaste a sugerir que tener acceso a ver juegos de menor o mejor calidad, de X deporte, influye en el cuán buenos o malos los chiquillos sean en ese deporte en el futuro… No sé, pero me vienen tantas dudas. Igual bien que los pongan, menos mal
Puedes dudar, que al final es lo único irrefutable en la vida, pero yo sí creo en la importancia de los modelos… Y eso aplica al deporte y a casi todo en la vida…
Ya, ya, claro, pero los modelos pueden estar tanto en casa como fuera… El tema no es admirar a John Doe más que a Juanito Pérez, aunque Juanito Pérez rinda incluso menos que John Doe, el tema es que al chiquillo le guste el juego y se quiera parecer a alguno, no importa a cuál.
Y luego viene lo determinante, que tenga las condiciones físicas. Y luego viene el peso del contexto, que se alimente, se entrene, lo cuiden para que no se lesione, que tope con los buenos, que las canchas donde entrena valgan la pena, que no esté preocupado por si los padres pueden o no pagarle un par de tenis… En fin, el mar
Precisamente por eso digo que del lobo un pelo…
Chama, eso fue en la secundaria. Yo, que en la cancha real era peor que un jugador de banco del equipo de Guaracabuya, puse una lata-aro en mi cuarto y jugaba largos partidos en solitario con una pelota de goma pequeña. Y me creía Jordan y Barkley. Claro, siempre ganaba el Chicago Bulls. Pura nostalgia esta crónica tuya. Y enhorabuena por la TVC.